Si estás dándole vueltas a cómo será Barcelona en invierno porque quieres hacerte un viajecito, deja de hacerlo. Porque elegir la Ciudad Condal en invierno es una de las mejores opciones. En esta época descubrirla es mucho más satisfactorio que el resto del año. Así consigues huir del calor sofocante, de las aglomeraciones y disfrutar plenamente de un montón de platos que solo apetecen en invierno.
¿Te contamos más sobre cómo es el invierno en Barcelona? ¡Va!
El clima de Barcelona en invierno
Lo primero es que sepas cuándo es invierno en Barcelona. Va desde el 21 de diciembre hasta el 20 de marzo, pero tampoco te preocupes demasiado, porque aquí el frío es moderado. Las temperaturas en invierno en Barcelona suelen oscilar entre los 8 y 15 grados, con días soleados y cielos despejados que te permitirán disfrutar a tope de la ciudad.
Eso sí, el sol cae antes, normalmente entre as 17:30 y las 18:00 h y las noches pueden ser más frescas, eso es lo que realmente va a marcar cuando empieza el invierno en Barcelona. Así que ven preparado.
¿Qué deberías traer? Una chaqueta que abrigue, bufanda y alguna prenda de lana o jersey que puedas ponerte y quitarte con facilidad. Las capas serán tus mejores aliadas porque, aunque la mañana y la noche sean frías, al mediodía el sol suele calentar bastante.
Ah, y no olvides un paraguas por si el cielo decide darte una sorpresa, aunque las lluvias no son muy frecuentes en esta época del año, llueve tan solo 4 o 5 días al mes.
Qué hacer en Barcelona durante el invierno
Cuando empieza el invierno en Barcelona, se nota. Se respira tranquilidad y se puede disfrutar de las visitas a los sitios emblemáticos con más sosiego que en verano. Lugares como la Sagrada Familia, el Parque Güell o la Casa Batlló, por ejemplo.
Y si te gustan los planes más tranquilos todavía, el Barrio Gótico y El Born son ideales para pasear y perderse entre sus calles repletas de pequeñas tiendas y cafeterías donde resguardarse del frío con un buen café o te. Y si fuera el caso y estuvieras de escapada romántica en Barcelona, deberías darte un paseo al atardecer por la playa de la Barceloneta, en pleno invierno se disfruta mucho más que en verano.
¡Ah! Y tienes que añadir a tu lista de cosas que ver en Barcelona en invierno el Tibidabo. Subir hasta la cima de esta montaña te regalará unas vistas panorámicas de la ciudad preciosas con un toque invernal.
Barcelona en invierno rebosa festividades y eventos
Barcelona en invierno tiene un calendario lleno de eventos y tradiciones que merece la pena vivir. Y aunque es cierto que tanto Navidad como Año Nuevo puedes disfrutarlos en cualquier parte del país, Barcelona te ofrece una forma de hacerlo especial. Las luces navideñas que decoran la ciudad le confieren un encanto indescriptible, especialmente en el Paseo de Gracia y en Plaza Cataluña.
Pero la mejor parte son los mercadillos. El más tradicional es el de Santa Llúcia, que está en frente a la Catedral. Aquí encontrarás belenes, un montón de objetos para decorar tu casa estas fiestas y, cómo no, dulces típicos como turrón de Agramunt, las neules, unos deliciosos barquillos o las catànies, un postre de almendras tostadas con praliné y chocolate.
Y si vienes a Barcelona en invierno coincidiendo con el Día de Reyes, ¡no hay excusa! Tienes que ver su Cabalgata de Reyes, momento en el que las calles se llenan de magia con desfiles de carrozas que recorren la ciudad repartiendo caramelos. Un plan perfecto tanto si vienes solo, en pareja o en familia.
También en enero es el turno de celebrar una de las fiestas más queridas de Barcelona: la de Sant Antoni, el patrón de los animales. Normalmente son casi 10 días de fiesta en los que las calles del barrio del Eixample y del barrio de Gràcia en Barcelona se llenan de actividades, conciertos y la típica bendición de animales domésticos con el posterior desfile de carruajes que en origen daba tres vueltas por el barrio, de ahí el nombre de Cabalgata Tres Tombs.
Y si eres de los que prefieren algo más contemporáneo, en invierno también hay festivales culturales y eventos de música en vivo como el Festival de Jazz —de diciembre a marzo— o exposiciones en centros culturales como el CCCB.
Rutas de tapas y comida tradicional de temporada
Si hay algo que no puedes perderte en invierno en Barcelona, es la oportunidad de probar su gastronomía de temporada. Es el momento de llevarte a la boca la cuchara con platos reconfortantes y calentitos que te harán olvidar el frío.
Una buena forma de abrir boca es probar la escudella i carn d’olla, el cocido tradicional catalán, un clásico en esta época del año. Otra opción irresistible es el suquet de peix, una sopa de pescado deliciosa. Y por supuesto, si vienes a Barcelona en invierno tienes que animarte a tomar la calçotada, una fiesta gastronómica donde se disfrutan los famosos calçots —cebollas tiernas asadas— con salsa romescu, todo un ritual que solo está disponible en temporada, de noviembre a abril.
¿Te va más el tapeo? Entonces recorre bares y bodegas por el Poble Sec y el Raval, aquí puedes probar tapas como las bravas, los pimientos de padrón y el pan con tomate acompañado de una copa de vermut. Y si prefieres endulzarte, no te vayas sin probar los churros con chocolate caliente en la mítica Granja Dulcinea o la Chocolatería San Ginés.
Museos y lugares cerrados ideales para el invierno
Cuando las temperaturas bajan, Barcelona te ofrece una impresionante oferta cultural como debe ser: bajo techo. El invierno es el momento perfecto para recorrer sus mejores museos como el Museo Picasso o el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) que tiene un montón de exposiciones vanguardistas.
Otros imprescindibles son la Fundación Joan Miró, el MNAC (Museo Nacional de Arte de Cataluña) y, por supuesto, el Palau de la Música Catalana, donde además puedes disfrutar de un montón de conciertos.
Y si te apetece conocer la historia de la ciudad, no te pierdas el MUHBA (Museo de Historia de Barcelona), donde podrás recorrer la antigua Barcino romana bajo tierra.
¿Te vienes a disfrutar de Barcelona en invierno?
Barcelona en invierno tiene un encanto especial: es más tranquila, más auténtica y te permite disfrutar de la ciudad sin prisas ni ajetreo. Desde pegarte paseos por barrios históricos hasta festividades llenas de magia, pasando por una oferta cultural impresionante y una gastronomía que reconforta, esta ciudad te lo pone fácil para que vivas una experiencia inolvidable, ¿no?
Además, el clima suave hace que cualquier plan sea posible, sin importar si prefieres explorar la ciudad a pie o disfrutar de los mejores museos.
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